25 de agosto de 2008

LA HUELLA GAUCHA CONVOCA A UN DEBATE RACIONAL SOBRE MINERIA

San Salvador de Jujuy, 24 de agosto de 2008 (Agenda Pública) "Si tendría que contestar concretamente al antagonismo "sí a la minería o no a la minería", mi respuesta es: sí a la minería. De ninguna forma se puede pensar que vamos a vivir sin minería. El tema es de qué manera, en qué lugar y a cambio de qué se hace minería", sostuvo el ingeniero Rafael Jáuregui, representante de la asociación “La Huella Gaucha”, quien llamó a abrir un diálogo Jáuregui dijo que no se puede hacer minería "a cualquier costo", ya que existen diferentes formas de desarrollarla. "Debemos valernos de los minerales que hay en el ambiente, porque son necesarios para muchísimas cosas. Pero también tenemos que contemplar otros aspectos, no sólo la necesidad de desarrollo que puede presentarnos la actividad minera", indicó.


"Tenemos que hablar de desarrollo sustentable", señaló el dirigente, explicando en tal sentido que el concepto desarrollo contiene la idea de una mejoría en la calidad de vida de las personas y que el término sustentable le pone límites al desarrollo, que puede estar dado por el tipo de tecnología usada, por la capacidad del medio ambiente y por la disponibilidad de los recursos.
Consultado cómo podrían ser conciliables las posiciones de la Cámara Minera de Jujuy y de AOMA, con la postura de las organizaciones que lograron la suspensión de trámites de otorgamiento de derechos mineros por 180 días, Jáuregui dijo que el primer paso debe ser "sincerar el discurso y centrar el problema donde corresponde".
"Nadie se está oponiendo a la minería, pero pretender presentarla como una actividad que no produce ningún daño sobre el ambiente, es un error", consideró, ya que no se puede desconocer la calidad extractiva de la minería puesto que se nutre de un recurso natural no renovable.

EL LÍMITE DEL DEBATE

Advirtió que los nuevos métodos extractivos de minerales diseminados hacen rentable la actividad, la que desarrollada así "es tan intensiva que dura a lo sumo 20 años, lapso en el cual los yacimientos se agotan. Esto resulta irracional", calificó.
Sostuvo que el resultado del uso de explosivos y grandes maquinarias provoca lo que se conoce como "tajo abierto" (open pit, por su nombre en inglés), que en rigor son enormes cráteres que quedan en el lugar. Por caso, en La Alumbrera existen pozos de 2,5 kilómetros de diámetro y de unos 500 metros de profundidad generados por este método de explotación. "Debemos reconocer que eso es un daño al ambiente", consideró.
Este método produce el drenaje ácido (acidificación del agua y cambio de conductibilidad eléctrica) que si bien puede suceder por condiciones naturales, se agudiza cuando se mueven inmensas cantidades de roca, siendo prácticamente imposible revertirse. En La Alumbrera se calcula un movimiento de 300.000 toneladas/día de roca.
Además del sinceramiento necesario, el ingeniero Jáuregui dijo que cuando se habla de minería metalífera a cielo abierto que utiliza "open pit" y sustancias tóxicas, el debate debe centrarse en la magnitud del daño ambiental que esta actividad produce. "No es la única forma de obtener metales. Hay otras, que también producen daños, pero son más controladas", aceptó.
"Ese es el límite: frenar específicamente ese tipo de minería que agota los minerales en poco tiempo, que utiliza muchísima agua y desertifica la zona porque agota los acuíferos, que desplaza a otras actividades y que no toma mucha mano de obra. La Alumbrera usa 85 millones de litros de agua/día y emplea a 1.300 personas, de las cuales sólo 300 son catamarqueños", apuntó.
Observó que en este tipo de minería el Estado no puede ejercer control "porque el daño es intrínseco a la actividad. A ese tipo de minería se debe prohibirla. Insisto: solamente a esa clase de minería, no a las otras formas de explotación como aquellas variantes a cielo abierto o metalíferas de socavón".
"No nos estamos oponiendo a las no metalíferas, no estamos hablando de canteras, no estamos hablando de caleras. No estamos hablando de Minetti ni de Los Tilianes, que por supuesto deben ser controladas por el Estado, que debe tener los medios humanos y técnicos para hacerlo", manifestó.
Por otro lado, para que la minería les sirva a las comunidades de las zonas mineras "hay que modificar las regalías mineras, derogando la adhesión provincial a la Ley Nacional de Inversiones Mineras y dictando una nueva norma".
Jáuregui dijo que debe dialogarse sobre la cuestión minera y analizar todas las posiciones. Pero previno que en el caso de que no se produjere una acción institucional para prohibir la minería metalífera a cielo abierto, "el reclamo va a volver".
"Jujuy hoy tiene la posibilidad de decidir qué tipo de actividad minera quiere", reflexionó.

EL CASO DE MINA PIRQUITAS

Mina Pirquitas SA tiene previsto un "open pit" de 500 metros de diámetro y unos 150 metros de profundidad, empleando a 400 personas en producción, con una vida media de 9 años y en un sitio donde el recurso hídrico es crítico.
"Una persona en la Argentina vive 70 años, por lo que nueve años es prácticamente nada. El hecho de que se vaya a contaminar o a agotar el acuífero a utilizarse, ni siquiera es tenido en cuenta. Habrá que discutir qué es más importante en este caso puntual", señaló, aunque reconoció que "ninguna ley va hacia atrás", por lo que tanto el caso de Pirquitas como de El Aguilar deberían evaluarse por separado.
"Una cosa es tener El Aguilar y Pirquitas porque adquirieron derechos de explotación a cielo abierto y otra muy distinta es permitir la entrada de quince explotaciones más de ese tipo. Así, vamos a minar la provincia", alertó.

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